Científicos de la Universidad de Washington han reconstruido por
primera vez el ADN de un feto sin necesidad de acceder hasta él. Para ello han
tomado muestras de la sangre de la madre y de la saliva el padre, y lo han
comparado con los restos de material genético de la sangre de la embarazada.
La base del trabajo es doble. Por un
lado, que en la sangre de la gestante hay material genético de las mujeres pero
también del hijo. Por otro, la genética más básica: que la mitad del ADN de un
feto viene de la madre, y la otra, del padre. A partir de ahí todo es una
cuestión de estadística y de montar el puzle: se descarta qué parte de las
muestras que se han tomado son de la mujer, y el resto se organiza siguiendo
las pautas que ya se saben del genoma humano.
Esta técnica, de momento, es solo un trabajo
de laboratorio, sin que se pretenda aplicar al día a día en los
hospitales. Debido a su precio: entre 19.000 y 32.000 euros y porque se tarda
casi un día en conseguir el resultado.
Este logro tiene ventajas médicas, como,
hacer innecesarias las amniocentesis, que se utilizan para determinar si el
futuro bebé tiene alguna anomalía cromosómica. Estas pruebas tienen un pequeño
riesgo de aborto, que la nueva técnica evitaría.
INFORMACIÓN: El País
Buen ejemplo de como las técnicas de análisis genético pueden mejorar la vida diaria de las personas. En este caso reduciendo los riesgos que conlleva la amniocentesis.
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